Un frigorífico es un electrodoméstico primordial a la hora de poder mantener el buen estado de conservación de los alimentos, sin él todo aquel alimento perdería las propiedades alimenticias y con ello nos perjudicaría seriamente la salud y bienestar de los miembros de nuestro hogar. A continuación existe una serie de consejos que nos ayudarán a mantener un mejor rendimiento de nuestro aparato para alargar la vida útil de los alimentos.
No debemos mezclar la comida de distinto tipo como puede ser a modo de ejemplo la carne y la verdura, ya que sus consecuencias son nefastas por la intersección de bacterias que podrían acumularse. Es imprescindible colocar cada alimento en el lugar corresponda como indican sus apartados.
La temperatura de trabajo normal de un frigorífico convencional está entre los 2 y 4 grados centígrados, una temperatura por debajo o por encima de ellas perjudica las propiedades del alimento y tendríamos que eliminarlos de nuestra cocina, perdiendo su valor. Este apartado es importante sobre todo en épocas donde la temperatura puede ser mayor como en verano donde hay que tener cuidado con los productos y su estado.
Hoy en día existen modelos de frigoríficos que contienen cajones con temperaturas independientes para optimizar aún más su estado. Para ello se fabrican neveras con apartados que forman parta de circuitos de refrigeración aislados como puede ser un apartado de carnes ajustado a 2 grados y justo debajo otro cajón a 0 grados para el pescado.
Cada año es aconsejable revisar las gomas que producen la hermeticidad del frigorífico para evitar la pérdida de calor y su continuo desgaste. Además de llamar a un técnico especializado para que realice una revisión total de nuestra nevera para comprobar el buen funcionamiento del termostato y compresor y así alargaremos más la vida útil de nuestro electrodoméstico.
